CAST / GAL

El último cántico
Sheila Acacio, 49, Fuengirola

Como cada mañana, recorrí mi trayecto al nirvana acompañada del cántico de las gaviotas que se dirigían a la costa en busca de alguna presa. Una agradable melodía interrumpió mi rutina. Siguiendo mi instinto y buen oído, descubrí como a pocos metros, en una aldea cercana, sonaban unas piezas de ópera. Sobre los espejuelos, colocados estratégicamente en uno de los tejados, acudían los mirlos a la llamada de la Pastoral. Dos disparos rompieron nuevamente el silencio. Segundos más tarde, un único mirlo aguardaba para escuchar la que sería su última estrofa.
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