Memorias de un planeta expoliado
Ricardo, 53, Arévalo

No es fácil contaros mi historia. Yo ya estaba aquí antes de que pisarais la tierra, mi querida alfombra verde. Ríos y mares eran tan cristalinos que nada malo podía discurrir en sus aguas sin advertirlo. ¿Y qué decir de las montañas? Frondosos titanes erguidos hacia un cielo terso surcado por gráciles aves. Todo lo que ahora veis urbanizado, quemado o contaminado era mío. No tengo escritura de propiedad, aunque lo mantenía en estado prístino hasta que vuestra voracidad se empeñó en destruirlo. Pero vosotros sabéis mejor que yo lo que ha ocurrido. ¿Acaso no os remuerde la conciencia, humanos?