Mal sueño
Virvela, 44, Salamanca
Cuando me desperté aquella mañana de marzo, todavía resonaba en mi cabeza la voz quebrándose de mi hijo: ¡No pueden confinarnos! ¡Con la ilusión que teníamos con el viaje! Al llegar al trabajo, ni siquiera recordaba de lo que trataba ese mal sueño.