Segismundo
Paula Santa, 21, Salamanca

Había soñado con que era rey. El lujo, los trajes y las reverencias lo habían sorprendido. Debía salir de allí para poder cumplirlo. Pero, sin embargo, le encandilaba el propio silencio de sí mismo, únicamente entorpecido por su respiración y pensamientos. Amaba el prensado aire y las paredes empedradas, hogar de escurridizas alimañas. Jamás se sintió solo. Decidió olvidar aquel sueño. Nunca tuvo deseos de abandonar aquella torre. Y, al fin y al cabo, los sueños, sueños son.