CAST / GAL

Deseos prohibidos
Idoia, 53, Madrid

Me gustaba verlo al menos un día por semana. Siempre me hacía sentir muy bien, pero hoy era un día especial, al menos para mí. Sus dedos se enraizaron en mi pelo masajeando suavemente mi cabeza. Podía sentir su aliento en mi cuello. Dios mío qué hombre... me hacia sentir bonita por dentro y por fuera. Bajo sus manos a mi cuello y esto provocó que se me pusieran todos los pelos de punta.
De repente y como quién te despierta de un dulce sueño me dijo:
- está bien así el agua o la quieres más caliente?
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