Sueño de una maestra
Iara, 27, A Coruña

Caminábamos próximos a esa urbanización chic, donde el césped crece diferente,
caía la noche.
- “¿Te acuerdas cuando eramos adolescentes?”- pregunté.
- “¡Claro! Muchos sueños por cumplir”- me contesta.
Continuamos caminando, aprovechando los últimos rayos de sol.
De frente nos encontramos con dos jóvenes,
escuchamos.
-“¡Solo pido una buena noticia!” - exclama una de ellas.
La otra, asiente con el rostro entristecido.
Transcurren unos segundo cuando mi compañero de paseos reflexiona.
-”Parece que la esperanza en los jóvenes se desvanece entre tanto caos. ¡El futuro ya no se sostiene!”
Justo entonces, bajé la vista,
una flor brotaba entre el asfalto.
caía la noche.
- “¿Te acuerdas cuando eramos adolescentes?”- pregunté.
- “¡Claro! Muchos sueños por cumplir”- me contesta.
Continuamos caminando, aprovechando los últimos rayos de sol.
De frente nos encontramos con dos jóvenes,
escuchamos.
-“¡Solo pido una buena noticia!” - exclama una de ellas.
La otra, asiente con el rostro entristecido.
Transcurren unos segundo cuando mi compañero de paseos reflexiona.
-”Parece que la esperanza en los jóvenes se desvanece entre tanto caos. ¡El futuro ya no se sostiene!”
Justo entonces, bajé la vista,
una flor brotaba entre el asfalto.