El roble
Guillermo, 60, Torrelaguna

Trinan pájaros en mis ramas de roble moribundo, en este invierno primaveral con olor a tierra de otoño.
Seco desde el verano, quiero morir.
No dejéis de piar pajarillos en mi último aliento, a mi agonía, piar sobre mí cadáver.
Estoy muerto.
Me partirá un rayo de tormenta atronadora,
o me quemarán las olas de los estíos,
o me devorará la lava de un volcán enfurecido,
y mis cenizas surcarán ríos de aguas frescas.
En este huerto donde dejo mi sombra y mi sombrero,
se escuchará el eco de vuestro trinar postrero,
y pisará vuestras huellas diminutas el pasajero.
Seco desde el verano, quiero morir.
No dejéis de piar pajarillos en mi último aliento, a mi agonía, piar sobre mí cadáver.
Estoy muerto.
Me partirá un rayo de tormenta atronadora,
o me quemarán las olas de los estíos,
o me devorará la lava de un volcán enfurecido,
y mis cenizas surcarán ríos de aguas frescas.
En este huerto donde dejo mi sombra y mi sombrero,
se escuchará el eco de vuestro trinar postrero,
y pisará vuestras huellas diminutas el pasajero.