Quién me lo iba a decir
Abispilla, 58, Osorno La Mayor

Tenía que cambiar de rutina. Sabía que en cualquier lugar llegaría a conseguir mis sueños. Así que, nos cambiamos de lugar y elegimos un lugar del norte.
Al principio no fue fácil establecerse, pero había que hacerlo.
El primer año el trabajo fue un poco duro. No conoces a nadie y tienes que guiarte de los demás. Sin embargo el siguiente año fue crucial. La verdad es que tengo un buen recuerdo de mis compañeras y sobre todo de una de ellas, se jubilaba y fue uno de los mejores años de su larga carrera,abriendo la puerta a otras experiencias.