Zamburiñas
Xaovin, 58, Ames, A Coruña

Fui al Gadis. Me abrieron la puerta tras subir la persiana. Entré en la pescadería y me compré una docena zamburiñas. No era un sueño. Era real. Las cociné al llegar a casa. ¡Qué ricas!. Y me acosté para dormir. Y soñé hasta la mañana siguiente que iba de nuevo al supermercado a comprar marisco. Entonces desperté y descubrí que soñaba realmente. Me levanté y me fui a la cocina antes de ir a trabajar. En la nevera no estaban ya las zamburiñas. Me las había comido. ¡Qué ricas! A veces los sueños son tan reales como la vida.