Lo que queda de la tarde
Elsa Teresita, 74, Valladolid

El sol comienza a perderse. Me siento en el banco de la plaza para descubrir a la gente. Atardece. El sol sigue presente. Algunas personas van con la cabeza gacha. Caminan sobre sus misterios, se deshacen de las miradas, se liberan de las opresiones. Otros buscan caras conocidas, se sonríen, se desplazan alegres, acarician lo que queda de la tarde. Se posan los pájaros cerca del nido que se esconde entre las hojas del ombú. Empieza un nuevo ocaso. Las tinieblas aparecen. Sublime deleite de la naturaleza.