El Primer Regalo
Suso, 70, Redondela
Hubo un momento de complicidad entre ellos; uno de esos instantes en los que el absurdo se vuelve entrañable. Para sorprender a su compañera, el hombre de las cavernas talló una piedra especialmente lisa. Ella, a su vez, le ofreció una simple hoja. Ambos compartieron una risa al darse cuenta de lo trivial que era todo, y sin querer, dieron forma al concepto de "gesto romántico sin sentido".