Vértigo
Irene, 14, Burgos
Personas vestidas con pieles de animales se abren paso entre la exuberante vegetación.
Uno de ellos tropieza y cae al abismo.
Una mujer joven se asoma al precipicio. El hombre se agarra al borde desesperadamente.
Nadie le va a echar de menos. No se le da bien cazar, cuida de los enfermos que, una vez sanos, se olvidan de él.
Pero la joven descubre que, inexplicablemente, le necesita en su vida.
Dando la espalda a toda su tribu, extiende su mano para salvarle.
Una vez lejos del vacío, sonríen.
En sus rostros puede apreciarse la primera mirada de amor.
Uno de ellos tropieza y cae al abismo.
Una mujer joven se asoma al precipicio. El hombre se agarra al borde desesperadamente.
Nadie le va a echar de menos. No se le da bien cazar, cuida de los enfermos que, una vez sanos, se olvidan de él.
Pero la joven descubre que, inexplicablemente, le necesita en su vida.
Dando la espalda a toda su tribu, extiende su mano para salvarle.
Una vez lejos del vacío, sonríen.
En sus rostros puede apreciarse la primera mirada de amor.