Helado de chocolate
Nieves, 48, Lillo
Laia, con solo seis meses, observaba con ojos enormes y curiosos a su hermana Nuria, que sostenía un helado de chocolate.
Nuria, con una sonrisa pícara, acercó una pequeña cucharada a los labios de Laia.
Al probarlo, los ojos azules de Laia se iluminaron y una expresión de pura felicidad cubrió su carita.
Risas y sonidos de alegría llenaron la habitación.
Para la pequeña Laia, el mundo había cambiado, se había vuelto un lugar más dulce y emocionante, todo gracias a las travesuras de Nuria, su hermana mayor.
Nuria, con una sonrisa pícara, acercó una pequeña cucharada a los labios de Laia.
Al probarlo, los ojos azules de Laia se iluminaron y una expresión de pura felicidad cubrió su carita.
Risas y sonidos de alegría llenaron la habitación.
Para la pequeña Laia, el mundo había cambiado, se había vuelto un lugar más dulce y emocionante, todo gracias a las travesuras de Nuria, su hermana mayor.