Descanso estival
Toñi, 50, Rivas Vaciamadrid
Relajada comprobaba que el crecer de los matorrales no se relacionaba con nada especial, simplemente crecían. Engalanaban la pradera esperando con su diversidad mi llegada para aunar y ordenar nuevas plantas, cortar las malas hierbas y echar nueva tierra como abono orgánico.
Aquí el mundo se paraba y yo pasaba también a disfrutarlo esperando ver crecer nuevas hierbas, preciosas caléndulas y escuchando de fondo solo el sonido de las cigarras.
A lo lejos se queda el ruido, el no llegar a tiempo, la mandíbula apretada y la ansiedad acomodada en mi pecho.
Aquí el mundo se paraba y yo pasaba también a disfrutarlo esperando ver crecer nuevas hierbas, preciosas caléndulas y escuchando de fondo solo el sonido de las cigarras.
A lo lejos se queda el ruido, el no llegar a tiempo, la mandíbula apretada y la ansiedad acomodada en mi pecho.