Sueños grabados
Capità Loyz, 18, Maià de Montcal

El punzón metálico se negaba a escribir el cuento de piratas. Acostumbrada a su rechazo, la propietaria no vaciló y lo golpeó más fuerte con el martillo. Cuando ella desapareció, ya de noche, el epitafio grabado en piedra se refugió entre los sueños más profundos de su hijo.