Hasta que la muerte nos separe…
Valdesuei, 45, Salamanca
—Hay comienzos que tienen su punto de partida en un final y hoy es el inicio de mi nueva vida. —Dijo la anciana en un discurso tantas veces ensayado y silenciado por miedo.
—Te advertí que ya no toleraría más golpes ni humillaciones. —Se justificó.
—Lo siento querido, pero esto es un adiós.
Y al depositar la urna con las cenizas que acababan de entregarle en la funeraria y bajar la tapa del contenedor gris de residuos orgánicos, una misteriosa sonrisa se dibujó en su rostro.
—Te advertí que ya no toleraría más golpes ni humillaciones. —Se justificó.
—Lo siento querido, pero esto es un adiós.
Y al depositar la urna con las cenizas que acababan de entregarle en la funeraria y bajar la tapa del contenedor gris de residuos orgánicos, una misteriosa sonrisa se dibujó en su rostro.