Los inicios de la felicidad
Cristina, 44, Salamanca
Ojos aterrados, manos que protegen ante humillaciones y desprecios. Devasté su vida con los colores del pánico y la vergüenza. Tras los golpes, el castigo, la negación y la cólera inicial. Después, el conocimiento y la transformación. La responsabilidad de aprender y atreverse a escuchar reproches, respetar silencios y comprender dolores ajenos.
Han pasado años, meses y días. Hoy, cuando las rejas se cierran tras mi espalda, soy suficientemente valiente para pedir perdón y asumirme vulnerable. Hoy, cuando las concertinas difuminan alambres y culpas comienzan los inicios de mi nueva vida, sin más daños ni víctimas, solo con sincera felicidad.
Han pasado años, meses y días. Hoy, cuando las rejas se cierran tras mi espalda, soy suficientemente valiente para pedir perdón y asumirme vulnerable. Hoy, cuando las concertinas difuminan alambres y culpas comienzan los inicios de mi nueva vida, sin más daños ni víctimas, solo con sincera felicidad.