Nokomis
Narima, 61, Ponferrada

¿Por qué no lo recuerdas?
Ven, no te demores. El duende aún retiene la vaporosa humedad que viene del norte y mantiene el flujo del agua en los manantiales. Respira la fronda del hayedo y sucumbe a la inefable sensación de desaprender entre sus ramas.
Regresa como la niña descalza que escuchaba a los árboles y sus sortilegios. La madre alumbra encendidos asombros dorados y rojizos que destellan como espejuelos en el arroyo.
Se acerca el otoño musitando y pronto la lluvia se columpiará en el aire.
¿Acaso no recuerdas extraer castañas de su coraza de espinas?
Ven, no te demores. El duende aún retiene la vaporosa humedad que viene del norte y mantiene el flujo del agua en los manantiales. Respira la fronda del hayedo y sucumbe a la inefable sensación de desaprender entre sus ramas.
Regresa como la niña descalza que escuchaba a los árboles y sus sortilegios. La madre alumbra encendidos asombros dorados y rojizos que destellan como espejuelos en el arroyo.
Se acerca el otoño musitando y pronto la lluvia se columpiará en el aire.
¿Acaso no recuerdas extraer castañas de su coraza de espinas?