Precoz
Carlos, 63, Palencia

Abrí el periódico por el final, como siempre hacía. Inicié la lectura desde la última página y fui retrocediendo hasta las necrológicas. "El final de todos los cuentos", pensé. Mientras deletreaba nombres con dificultad, llegué a aquella esquela. Parpadeé confundida: Lina Martínez Moreno, Palencia… su apenada madre, sus hijos, 40 años. ¡Era yo! El vértigo me envolvió, pero no era posible. Rompí a llorar, mis pequeñas manos dejaron caer el periódico tras los barrotes, al suelo. Mamá acudió presta a la cuna y abrazándome me susurró: —Ya, niña, ya. No es nada, mi pequeña brujilla.