Media tarde
Te Folgado, 38, Zamora
El reflejo del sol se colaba tímido entre las cortinas de lino que mamá había bordado con tanto ahínco a los pies de su cama en el hospital y que muchos años después seguían ondeando como perros guardianes la ventana de su habitación.
Ese sol, ese sol de media tarde de septiembre, ese sol que olía a un verano que ya nunca sería y al inicio de un otoño que se presagiaba incierto y extenuante.
Ese sol, ese sol de media tarde de septiembre, ese sol que olía a un verano que ya nunca sería y al inicio de un otoño que se presagiaba incierto y extenuante.