CAST / GAL

Todo es mío, nuestro
Valkiria, 55, Salamanca

Al inicio, nada era mío; solo mi cuerpo, mi rostro, mi cabello. Luego aprendí que también era mía mi voz; mucho más tarde, aprendí que también mi alma.
Pero había un horizonte y un contexto, un mundo cercano que no era mío, era inabordable; y luego existía un mundo mucho más lejano, que era la Tierra y el espacio infinito.
Nunca sentí que tuviera alas para alcanzarlo. No fui un Ícaro valiente. Pero resultó que paso a paso hice mío el espacio, cercano y lejano. Leyendo, viajando, a veces solo escuchando, sintiéndome parte de él. Como lo somos todos.
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