El dinosaurio
Vicenzo, 47, Madrid
Cuando despertó, el dinosaurio todavía estaba allí. ¿Les suena, verdad?
Claro.
No es mío.
Es de Monterroso.
Del célebre A. Monterroso a quien debo mi fama.
Lo curioso es que nadie se haya interesado nunca por mi versión.
Yo soñaba con un mundo en el que pudiéramos convivir pacíficamente, donde mis hijos no fueran considerados alienígenas, donde no hiciera falta recrearnos con poderosas tecnologías de 3D que los humanos vieran engullendo grasientos cucuruchos de palomitas porque ya no existíamos.
Esos eran mis sueños.
Firmado: El dinosaurio que todavía estaba allí cuando el protagonista del relato de A. Monterroso despertó.
Claro.
No es mío.
Es de Monterroso.
Del célebre A. Monterroso a quien debo mi fama.
Lo curioso es que nadie se haya interesado nunca por mi versión.
Yo soñaba con un mundo en el que pudiéramos convivir pacíficamente, donde mis hijos no fueran considerados alienígenas, donde no hiciera falta recrearnos con poderosas tecnologías de 3D que los humanos vieran engullendo grasientos cucuruchos de palomitas porque ya no existíamos.
Esos eran mis sueños.
Firmado: El dinosaurio que todavía estaba allí cuando el protagonista del relato de A. Monterroso despertó.