CAST / GAL

Aprender a caminar...
Rosa, 35, Robliza de Cojos

Aquella mañana de calor en pleno agosto, después de unas vacaciones, llego lo más temido: aquel fatídico accidente de tráfico en el cual casi me dejo la vida. Consciente, orientada en todo momento, vi pasar toda mi vida en unos segundos. Tenía sueño y sin darme cuenta me dormí al volante. Desperté y lo único que hacía era dar gritos y más gritos.
Arena. Piedras. Vueltas. Pesadilla. Sentí que se paró. Inmediatamente me mire la cara y pensé: "Estás viva Rosa". Doy gracias a la vida por darme una bonita segunda oportunidad para poder ver el mundo.
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