Gotas de rescate
LJM, 48, A Coruña

Una vez me entregué a construir una torre. Creé estructuras cruzadas de triángulos escalenos. En lo alto hice una cúpula. Era hermosísima mi torre. Por esa época me tomaba unas gotitas diluidas en agua para poder ordenarme, me quedaba dormida y soñaba con historias mitológicas, sobre condenas eternas. Tenía cierta fijación por las desgracias. Cuando me desperté alguien había destrozado mi torre. Tuve que tomarme más gotitas de rescate, para mitigar mis ansias de venganza, y seguir soñando con males de ojo, prácticas de vudú, y en cómo rellenar tinajas sin fondo, y empujar de piedras enormes, resbalándome cuesta arriba.