La Primera Mascota
Suso, 70, Redondela
Su decisión fue desmesurada, su entusiasmo, desbordante; su cueva, acogedora, el mamut, pequeño y dócil. Pero conforme creció, se volvió indomable y devastador. Así, el hombre comprendió dos lecciones fundamentales: los seres vivos crecen sin importar lo que deseemos y no todos los seres pueden ser domesticados con facilidad.