CAST / GAL

La ensalada
LAHISIN, 59, León

Nada latía a mí alrededor, la casa oscuridad era mi celda, paredes de tierra y el silencio una nana. Aún recuerdo su última caricia instante antes de arrojarme en aquel hoyo seco. En el arrullo de una luna creciente sentí dolerme, viva, rota, húmeda. Escarbé aquella tierra, con fervor, con fe. Algo se quebró sobre mi piel, un sol bautizó mi primer respirar. Me obligué a crecer, a fortalecer mi existencia, a florecerme. Hoy, aquella mano que me arrojó a la soledad sonríe, se deleita ante el sabor natural de mi vida mientras degusta uno de mis tomates.
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