CAST / GAL

Pérdida de la dulce presencia
Ester, 43, San Sebastián

Estaba francamente obsesionada por captar cada avance de su bebé. Móvil en mano le grabó cuando se puso de pie, pronunció sus primeras palabras o dio los primeros pasos. El marido se había tenido que ir a trabajar fuera y por eso le mandaba diariamente centenares de fotos y vídeos. Creía que así no se perdería nada. Lo que no sabía era que nunca podría llegar a ser lo mismo ni vivirlo con total realidad. Como la que se perdió ella tras esa minúscula y fría pantalla.
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