CAST / GAL

Ensueño
De anima, 46, Sevilla

«¡Falta un día menos para la plantà!», exclamó alguien a lo lejos. De inmediato, me acarició el almíbar crepuscular que se filtraba a través de los ventanales del almacén. No duro demasiado, pero sí lo suficiente para revelar nuestros rostros. Fue entonces cuando conocí a Margaret, la bella trapecista; y Antoine, un bravo marino curtido en los siete mares.
Un terrible desconcierto embargó mi alma: ¡yo no era humano, sino un árbol!
—¿Quién soy? —le pregunté a Margaret.
—¿Quiénes somos, dirás?
Tras sus palabras, un elegante señor se acercó y me dijo:
—Mi nombre es Fuego… y el tuyo, Ninot.
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