Sonrisas que iluminan
Ester, 43, San Sebastián
Frío y sin personalidad, tal como el suelo de esa sala de hospital. Así me he quedado cuando tras una revisión rutinaria me han detectado un tumor maligno. Mientras yo no podía articular palabra, a mi mujer parecía darle igual su origen o localización. Tan solo tenía un objetivo presente: mi sanación. Su actitud positiva ha sido determinante para que vuelva a esta cálida tierra y luche con todas mis fuerzas para salir de este trance. No ha faltado en ninguna quimio, como tampoco lo han hecho sus sonrisas que iluminan el inicio de este oscuro e incierto camino.