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Chus, 54, Vigo

Mientras los años caían sin misericordia, te buscaba y no te encontraba.
Afanosa me abandoné al vaivén desesperante de tu búsqueda.
Te busqué entre el hoy y el mañana.
No te encontré.
Te busqué entre nosotros y los otros.
No te hallé.
Te busqué entre los vendedores y los vencidos.
No te localicé.
Te busqué donde todos te buscan.
Pero no supe descubrirte.
Entonces decidí dejar de buscarte.
Me dispuse a crearte para poder amanecer cada mañana bajo su indolencia.
Así descubrí que no procedías de fuera.
Felicidad te llamé.
¿Adónde podremos llegar?
“Cuanto más te perseguía, más lejos huías”
Afanosa me abandoné al vaivén desesperante de tu búsqueda.
Te busqué entre el hoy y el mañana.
No te encontré.
Te busqué entre nosotros y los otros.
No te hallé.
Te busqué entre los vendedores y los vencidos.
No te localicé.
Te busqué donde todos te buscan.
Pero no supe descubrirte.
Entonces decidí dejar de buscarte.
Me dispuse a crearte para poder amanecer cada mañana bajo su indolencia.
Así descubrí que no procedías de fuera.
Felicidad te llamé.
¿Adónde podremos llegar?
“Cuanto más te perseguía, más lejos huías”