12 SEMANAS
Sara, 31, Paderne
Un día llegaste a mí y me cambiaste para siempre. Nos quisimos y crecimos hasta que te convertiste en pajarito y volaste hacia las nubes. Yo me quedé vacía, era un nido abandonado. Permanecieron conmigo el dolor y las lágrimas que aún te soñaban. Te encontré en la orilla del río en una piedra chiquitita. Te di las gracias por el tiempo juntos y dejaste de formar parte de mí para ser parte del sol, del aire, del agua y de la tierra que es mi hogar. Igual que la abuela y otro antes de que tú. Te recordaré eternamente.