CAST / GAL

El destino
Graciela Rabuñal, 79, Arteixo

Ella leía en el andén, él llegó corriendo, el tren ya partía. Cruzaron una mirada fugaz, suficiente para encender una chispa. Durante semanas, ambos volvieron a la misma estación, a la misma hora, sin encontrarse. Hasta que un día llovió. Él se refugió bajo el mismo techo que ella. Rieron, empapados, como si se reconocieran de otra vida.
“Te esperaba”, dijo él.
“Yo también”, respondió ella, como si el destino los hubiese empujado una y otra vez hasta ese instante. No hubo más trenes. Solo sus manos entrelazadas y una certeza: algunas almas están destinadas a encontrarse mágicamente.
Compartir: