La carta que no envié
Manuel Losada, 43, Boiro
Iba a declararme.
Escribí la carta con palabras que nunca dije, temiendo romper el silencio que nos separaba.
La guardé en un cajón, oculta entre recuerdos y miedos, esperando el valor que nunca llegó.
Años después, la encontré en el desván de mi madre, en Lugo, dentro de una vieja caja de galletas IFA Mariñeiras, polvo y tiempo acumulado.
En la otra esquina del mundo, tú habías escrito la tuya igual, con el mismo miedo y la misma esperanza.
Nunca nos cruzamos.
Nunca supimos del otro.
El destino no fue cruel. Solo esperaba que fuéramos valientes para romper el silencio.
Escribí la carta con palabras que nunca dije, temiendo romper el silencio que nos separaba.
La guardé en un cajón, oculta entre recuerdos y miedos, esperando el valor que nunca llegó.
Años después, la encontré en el desván de mi madre, en Lugo, dentro de una vieja caja de galletas IFA Mariñeiras, polvo y tiempo acumulado.
En la otra esquina del mundo, tú habías escrito la tuya igual, con el mismo miedo y la misma esperanza.
Nunca nos cruzamos.
Nunca supimos del otro.
El destino no fue cruel. Solo esperaba que fuéramos valientes para romper el silencio.