El destino
Maypi, 58, Valladolid
Un estallido estrepitoso hizo volver sus miradas. Sus caras, un concierto de bocas abiertas, tapadas por sus manos asustadas.
Cuatro monitores, cien niños...
El conductor acababa de recogerles, después de una semana de campamento en ese hotel.
Llevaban en su mochila vital, miles de encuentros, amistades nuevas, experiencias y mucho que contar a sus familias que les esperaban con los brazos abiertos.
Atemorizados, veían como el hall, donde segundos antes esperaban, se desplomaba en segundos.
El destino no era ese, pero asomo a su lado.
Cuatro monitores, cien niños...
El conductor acababa de recogerles, después de una semana de campamento en ese hotel.
Llevaban en su mochila vital, miles de encuentros, amistades nuevas, experiencias y mucho que contar a sus familias que les esperaban con los brazos abiertos.
Atemorizados, veían como el hall, donde segundos antes esperaban, se desplomaba en segundos.
El destino no era ese, pero asomo a su lado.