Viaje Antes Que Destino
David, 39, Madrid
Max se quedó quieto, arrodillado con la cabeza gacha, mirando al suelo. Toda su vida se había enfocado en aquel momento, era su destino. Y había fracasado estrepitosamente.
Las lágrimas le escocían en los ojos, amenazando con inundar sus mejillas de un momento a otro. Abatido, se miró las manos y las vio callosas y fuertes. Apretando los puños, levantó la mirada y vio a sus amigos, a todos los que había conocido preparándose para su destino. Y pensó en cuanto había cambiado y aprendido en este tiempo. Y entonces lo supo: lo verdaderamente importante siempre fue el viaje.
Las lágrimas le escocían en los ojos, amenazando con inundar sus mejillas de un momento a otro. Abatido, se miró las manos y las vio callosas y fuertes. Apretando los puños, levantó la mirada y vio a sus amigos, a todos los que había conocido preparándose para su destino. Y pensó en cuanto había cambiado y aprendido en este tiempo. Y entonces lo supo: lo verdaderamente importante siempre fue el viaje.