CAST / GAL

COMO POLLO SIN CABEZA
Carlos Varela, 49, As Somozas

Hay una escena que siempre me impresiona verdaderamente: ver correr a una gallina sin cabeza. Mil preguntas se aglutinan en mi boca, incapaces de salir: ¿está vivo o muerto ese mutilado animal? ¿A dónde cree que va, así sin poder pensárselo? ¿Siente dolor? ¿Es capaz de asumir el hecho de que le falta la cabeza?
En días como hoy, que salgo a la calle, con pasos rápidos y firmes pero carentes de la continuidad lógica del destino, celebrando mi tendencia al zigzag insensato, quizás por estar tan cerca de su propia pluma, siento gran compasión por las gallinas sin cabeza.
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