Sísifo
Julio, 65, Valladolid

Hay quién cree que esto es un castigo, un trabajo impuesto por los dioses y, cuando me ven pasar colina arriba, me miran con lástima en los ojos. No se dan cuenta que disfruto ejercitando mi cuerpo y ocupando mi mente en el trabajo, mientras ellos me miran sorprendidos sin entender por qué la piedra subo y bajo un día y otro día. Están tan ociosos y aburridos que hasta pensar les da cansancio. Pero no se lo digas a los dioses: que no se enteren de que he aceptado mi destino.