Salto de fe
José, 46, Ortigueira
Finalista
Habían preparado tanto ese momento... pero una vez allí, en el borde, se sintió incapaz de moverse. Es solo un paso, se dijo, pero era un salto de fe sin vuelta atrás. Miró abajo, al último peldaño que lo mantenía unido a la Tierra, a 40 kilómetros del suelo. No distinguía nada más allá de la escalera y de las luces de posición, ni siquiera el ascensor espacial. Los últimos humanos lo esperaban tras la puerta abierta, flotando sobre el mundo inhabitable. Un paso pequeño para un hombre, un fracaso gigantesco para la humanidad. Lo siento, suspiró. Pienso morir aquí.