CAST / GAL

Galletas de la suerte
Rocío, 27, Fuenlabrada

Desde que abrió esa estúpida galleta, evitaba pasar por debajo de los andamios; jamás abría el paraguas si no estaba lloviendo; rehuía al gato negro que caminaba a su antojo por el barrio; manipulaba los espejos minuciosamente y tenía una colección de piedras preciosas.
Su psicólogo le recomendaba no obsesionarse con los mensajes de esas galletas. Aquel día, volviendo a casa después de la sesión, sacó el mensaje de su bolsillo y lo releyó: “Si es tu destino, te encontrará”. Cuando levantó la vista del papel, descubrió al gato negro.
Tenía los ojos de tigre, la piedra que le faltaba.
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