CAST / GAL

EL TRISTE DESTINO
Elena, 72, A Coruña

Al salir del metro se dio cuenta del frío que hacía realmente, caminó hasta la calle del Carmen y vio la cola. Madre mía, por lo menos son cien personas. Merecerá la pena, esta vez sí. Esta vez el destino se mostrará favorable. Eso me había dicho la vieja. Tras dos horas de espera cogió su décimo y dejó de sentir el frío que atravesaba su roída ropa y sus viejos zapatos pero seguía temblando y los dedos que atenazaban el papel seguían morados pero no importaba, el próximo veintidós tendría dinero. Cayó desplomado en la acera y murió.
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