Miau
Gatalina, 50, Zamora
Después de dos días de oír ese "miau" que venía de un camión aparcado cerca de mi casa y de haberme acercado muchas veces sin poder localizar el pobre animalito que insistentemente pedía ayuda, al final una noche pude ver esos ojitos brillantes tan llenos de vida como de miedo, era una preciosa gatita blanca y negra que me miraba desde la rueda del camión, acerque mi mano muy despacio para que pudiera olerla y se sintiera tranquila y ella frotó su naricita en las yemas de mis dedos. Nuestro destino se había unido para siempre.