Para siempre
Para siempre, 56, Perillo
Tu destino quedó unido al nuestro aquel día de octubre de ocho años atrás, tan lejano y tan cercano a la vez.
Tu ausencia se antoja imposible, como el miembro amputado que se siente y se añora, y sobre todo duele, duele aunque ya no está porque nada es lo mismo.
Tu ausencia se vuelve sonrisa al nombrarte, y risa y carcajada al recordar tantos momentos inolvidables de otra edad, otra vida que se siente y se añora y sobre todo, duele.
Nuestro destino es el mismo: juntos para siempre, todos, completos, aunque nos vayamos haciendo invisibles.
Te añoramos amiga.
Tu ausencia se antoja imposible, como el miembro amputado que se siente y se añora, y sobre todo duele, duele aunque ya no está porque nada es lo mismo.
Tu ausencia se vuelve sonrisa al nombrarte, y risa y carcajada al recordar tantos momentos inolvidables de otra edad, otra vida que se siente y se añora y sobre todo, duele.
Nuestro destino es el mismo: juntos para siempre, todos, completos, aunque nos vayamos haciendo invisibles.
Te añoramos amiga.