Al calor de la lumbre
Isaura, 69, Salamanca
Me gustaba que llegara el otoño, abuelo nos contaba historias que decía había vivido. Y las repetía una y otra vez:
Teníamos un criado joven que cuidaba nuestras tierras, un día, se me acercó atemorizado.
—¡Por favor, señor, sálveme! Encontré a la Muerte esta mañana, me hizo un gesto indicando que me acercara. Tengo miedo.
A la puesta del sol, me encontré con la Muerte y le pregunto:
— ¿Por qué amenazaste a nuestro Quique?
– No fue una amenaza — respondió— sino un gesto de sorpresa. Lo veía aquí… y debo llevármelo esta noche Cea.
Teníamos un criado joven que cuidaba nuestras tierras, un día, se me acercó atemorizado.
—¡Por favor, señor, sálveme! Encontré a la Muerte esta mañana, me hizo un gesto indicando que me acercara. Tengo miedo.
A la puesta del sol, me encontré con la Muerte y le pregunto:
— ¿Por qué amenazaste a nuestro Quique?
– No fue una amenaza — respondió— sino un gesto de sorpresa. Lo veía aquí… y debo llevármelo esta noche Cea.