Sin pensarlo demasiado
JESUS MIGUEL, 69, La Cañada - Paterna
Nunca antes nos habíamos visto hasta que nos conocimos en el ascensor. Antes de llegar a la última planta, nos enamoramos y decidimos vivir juntos y compartir piso sin pensarlo demasiado. Los primeros días no coincidimos ni en el baño ni en el desayuno y empezamos a distanciarnos. Apenas nos veíamos, hasta que llegó el día en que dejamos de buscarnos.
Ahora vivimos en habitaciones distintas y procuramos evitarnos. Si en alguna ocasion el destino hace que subamos al ascensor los dos solos, fingimos no conocernos y hacemos el amor entre dos pisos sin dirigirnos la palabra.
Ahora vivimos en habitaciones distintas y procuramos evitarnos. Si en alguna ocasion el destino hace que subamos al ascensor los dos solos, fingimos no conocernos y hacemos el amor entre dos pisos sin dirigirnos la palabra.