CAST / GAL

La jugada maestra del destino.
Antonia, 57, Valladolid

Sarah estaba leyendo un antiguo proverbio que decía que cada persona estaba conectada a otra por un hilo rojo, y que el destino se encargaría de unirles para siempre.
La joven suspiró y esbozó una leve sonrisa. ¡Ojalá me sucediera a mí! - exclamó en voz alta, sin darse cuenta que su deseo podía haber sido escuchado.
Era tarde y sintió un repentino sueño, tras retirar la ropa de cama y atusar un poco la almohada, Sarah se dispuso a su encuentro con Morfeo.
A la mañana siguiente algo apretaba su dedo índice, un fino hilo rojo prendía de el.
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