Solamente ella
Tamifer, 40, A Coruña
Había salido a correr como cualquier mañana de domingo cuando lo vio; el pequeño en sus brazos, la mayor de la mano de su madre y el aura de perfección envolviéndolos a todos. Siempre creyó que se volverían a encontrar, que todavía les quedaba una oportunidad, que los hilos invisibles del universo los unirían. Pero viendo la felicidad que lo rodeaba no pudo evitar una sonrisa: él lo merecía, ese era su destino, pero no el de ella. Reanudó el trote, quizás su destino no fuese él, su destino era solamente ella y eso también era perfecto.