El Destino llamando a su puerta
Semper patens, sempre dolens, 78, Nós
Decidida a decirle que le amaba, ya que él no tomaría nunca la iniciativa, Pepi fue hasta la casa del maestro.
Aporreó la puerta:
Tam Tam Tam tammmm....
Tam Tam Tam tammmm....
Beethoven, enfrascado en la composición de una nueva sinfonía en do menor y ya totalmente sordo, ni se enteró.
La felicidad que podría proporcionarle un hermoso amor NO ERA SU DESTINO.
Aporreó la puerta:
Tam Tam Tam tammmm....
Tam Tam Tam tammmm....
Beethoven, enfrascado en la composición de una nueva sinfonía en do menor y ya totalmente sordo, ni se enteró.
La felicidad que podría proporcionarle un hermoso amor NO ERA SU DESTINO.