CAST / GAL

HEROINA
GEMA VALDIN, 50, Vigo

Me llamaban Heroína, pero mi destino se truncó aquella tarde gris de octubre. Cambié mi brillo por una aguja clavada, con mi propio nombre, era un pacto sagrado con la oscuridad de mi vida en un santuario tóxico y marginal.
Cada aguja era un poema escrito con la tinta amarga de mis gotas de sangre llena de crueles abrazos y besos tóxicos.
Cada pinchazo un viaje por callejones sin retorno buscando la ansiada liberación.
¡Al fin! Mi cuerpo pereció y mi alma voló.
Ahora, descanso en paz.
Compartir: