Emulando a Sísifo
Akim, 65, Barcelona
Mientras el pantalón daba vueltas dentro de la lavadora, también lo hacía la memoria USB que había dejado olvidada en el bolsillo trasero. De toda la información que contenía no quedó ni rastro. Lejos de desanimarse, interpretó aquel revés como una señal del destino. Se dijo que comenzaría de nuevo, agregaría una docena de personajes para superar a “La colmena” y un centenar de páginas para hacer lo propio con “En busca del tiempo perdido”. En el futuro que imaginaba, la suya sería reconocida por la crítica como una de las grandes novelas del siglo XXI.