Próxima parada: el tren
Crilos, 35, Alcobendas
El tren partió sin ella. Maldijo su torpeza, hasta que la radio anunció el descarrilamiento. Todos hablaron de providencia, de suerte, de segunda oportunidad. Ella sonrió con amargura: el destino no la había salvado, solo le había recordado que incluso la muerte sabía ignorarla.